Con respecto a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, amigos de Tripulante Mx, todavía no hay buenas noticias. Las habrá, eso es seguro, pero por ahora lo sensato es prepararnos. Antes de que eventualmente mejoren, las condiciones empeorarán.

No hemos visto nada todavía. Nada comparable con lo que estaremos viviendo dentro de dos semanas y media cuando México entre a la Fase 3 de la epidemia. Se tiene como fecha tentativa el 19 de abril. Durante esa etapa se disparará el número de contagios. Ya no serán cifras que se difundan todos los días a las siete de la noche, sino nombres y apellidos de personas conocidas, queridas incluso.

Lo que estamos haciendo estos días con las acciones de distanciamientos social, quedándonos en casa, tiene el objetivo de que hacia finales de abril no se sature el Sistema Nacional de Salud y médicos y enfermeros puedan hacer su chamba sin estar rebasados. La cuarentena será generalizada y obligatoria. La fuerza pública estará en las calles para meter a los ciudadanos a sus casas.

Foto: Diego Cadera Carreón

Lo que hacemos ahora en nuestras casas puede aplanar la curva de contagios.  El propósito es evitar picos inmanejables. Habrá diferencia en la cobertura del virus, pero por su densidad población la zona con mayor número de contagios será la CDMX y los municipios conurbados del Edomex, así como las ciudades de Monterrey, Guadalajara, Cancún y Tijuana. Claro  que  también  son las  ciudades  con mayor  infraestructura hospitalaria.

De la cifra máxima de contagiados -se maneja el número de 250 mil- pero no es segura, casi todos ellos, el 80 por ciento, tendrán los síntomas leves de una gripa molesta que superarán en una semana. El 15 por ciento tendrá complicaciones que requerirán asistencia médica y el 5 por ciento tendrá riesgo de perder la vida. Ellos necesitarán de cuidados intensivos, ventiladores mecánicos y hay que dejar para ellos camas de  hospital disponibles. Según lo ocurrido en otros países ese segmento vulnerable serán adultos mayores con enfermedad crónicas preexistentes como diabetes o hipertensión.

En los próximos días, Ejército, Marina y Guardia Nacional irán asumiendo de forma paulatina pero inexorable el control del operativo gubernamental e incluso podrán asumir el control directo de los hospitales donde se concentre a los contagiado y tiene un programa  para  habilitar  como  hospitales  hoteles  y  centros de  espectáculos. El trabajo coordinado de las autoridades federales, estatales y municipales será indispensable. ¿Serán capaces de hacerlo? Más nos vale a todos que sí.

Una cosa es establecer un periodo de cuarentena generalizado y otra, en un país como México, poder llevarlo a cabo sin que el remedio resulte peor que la enfermedad. Hay, vale de repetirlo, millones de compatriotas que viven al día y que necesitan que el Estado les asegure su alimentación diaria para no tener que salir a conseguirla. Es un reto logístico, económico, pero también de seguridad. Hay que equilibrar salud con comida y seguridad pública.

Los que puedan ayudar, háganlo, es el momento. El mundo entró en una recesión económica y México se perfila para una depresión, por lo que la cuesta arriba de la segunda mitad del año será muy empinado, pero si estamos vivitos y coleando lo remontaremos y entonces sí juntos construiremos muchas buenas noticias. Vamos a prevalecer.