Enclavado en el corazón de la Reserva de la Sierra Gorda, el colorido municipio de Jalpan de Serra es el epicentro de las actividades económicas, culturales y turísticas del norte de Querétaro. Sus calles en diciembre dejan conocer la maestría de sus artesanos, en efigies de papel mache en tamaño real, que muestran al diablo personificando los pecados capitales, o a los pobladores disfrutando de romper una piñata durante una posada.

Foto: Vania González

Pleno de historia, a 200 años de la conquista española, en sus tierras se asentaron colonias que, bajo la dirección del General José de Escandón, buscaron el exterminio de los aguerridos pueblos originarios pames, jonaces y ximpeces. Siendo los pames los únicos sobrevivientes a las masacres de la colonia y del tiempo.

Con el afán de frenar el genocidio, a 6 años de la llegada de José Escandón, en 1750, se inició la fundación de las cinco misiones franciscanas de Querétaro. Estos asentamientos religiosos, reciben el nombre de misiones al ser comunidades eclesiásticas levantadas en lugares remotos, que tenían por objetivo evangelizar a los pueblos originarios.

Estas misiones son consideradas Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO, sus nombres son Concá, Landa de Matamoros, Tilaco, Tancoyol y de Santiago Apóstol, siendo estas dos últimas edificadas en Jalpan de Serra. La historia atribuye su construcción a Fray Junipero de Serra, y en las fachadas de sus templos, la arquitectura mestiza se hace evidente. En un arte barroco que “le tiene miedo a los espacios vacíos” se encierra la unión entre los pueblos originarios y las misiones franciscanas en la Sierra Gorda queretana.

Un claro ejemplo es la iglesia de Santiago Apóstol, misma que permite ver en sus efigies, dos figuras de indígenas pames, una enredadera de vid que al mismo tiempo da maíz, y en distintos flancos, pero a la misma altura, la virgen mestiza de Guadalupe y la virgen María.

Foto: Cortesía Turismo de Jalpan de Serra

Sus atrios eran utilizados para dar catecismo a los pobladores originales, y hoy en día nos relatan la historia de la conquista desde sus retablos.

¿Qué hacer?

Además de su gran legado histórico, el municipio de Jalpan cuenta una gran oferta de destinos y actividades turísticas, entre ellas está su presa, la cual es considerada sitio Ramsar, ya que, sobre la quietud de sus aguas, aves migratorias encuentran un refugio y son sitios donde pueden apreciárseles en su vida salvaje. Esté sitio también comparte la visita de las mariposas monarca a finales del mes de octubre.

Foto: Vania González

Es ahí donde los visitantes pueden disfrutar de la práctica de deportes como el Kayak y la bicicleta acuática. En sus veredas se da el servicio de paseos diurnos y nocturnos en racers que tienen por destino el río Jalpan, el Puente de Dios o el mirador de Cuatro Palos, donde la Sierra Gorda se deja ver en toda su magnitud.

Otra de las prácticas turísticas más atractivas en la región es la realización de senderismo hasta al Sótano de barro, un refugio de 410 metros de caída libre que alberga en su hábitat a la última colonia de Guacamayas verdes existentes en el centro de México.

Debido a que esta especie se encuentra muy amenazada, las actividades espeleológicas han sido canceladas, sin embargo, los visitantes pueden disfrutar de apreciar a estos esos especímenes a una distancia prudente, para evitar perturbarlos.

¿Dónde comer?

Si esta aventura te dio dio hambre, te recomiendo que visites el Comedor Conchita, una pequeña fonda hecha de super adobe y botellas de vidrio. Se encuentra a unas cuadras del centro, en dirección a la presa, y ofrece uno de los platillos más típicos de la región, las gorditas de guisado, mismas que puedes pedir de rajas con queso, bistec, frijol con nopales y otras delicias.