¿Por qué diablos el mundo ha tardado tanto en descubrir a Lucia Berlin?, nos preguntamos todos después de leerla. Manual para mujeres de la limpieza se convirtió un éxito mundial en 2015, más de diez años después de su muerte. Falleció el 12 de noviembre del 2004, el mismo día de su cumpleaños.

Su vida fue compleja, llena de altibajos emocionales y económicos. Fue alcohólica, tuvo cuatro hijos antes de los 30 años, tres esposos, todos al parecer reservados y discretos.  “No sé por qué me casé con esos tipos callados, cuando a mí lo que más me gusta en el mundo es hablar”, dice en Melinda uno de mis relatos favoritos.

Foto: Cortesía

Usó su vida como eje literario. Sus recuerdos, sus trabajos, sus matrimonios, su adicción, sus viajes, sus estancias en El Paso, Nueva York, México, California y Chile. Leer su biografía permite entender y comparar sus personajes con cada una de las mujeres que describe en sus relatos. Se autoficciona. Se explora y logra crear personajes sinceros, reales y complejos. 

 Lucia Berlin es adictiva. Sus historias son estimulantes y al mismo tiempo sencillas, como dice Lydia Davis, en el prólogo de Manual para mujeres de la limpieza, “son eléctricas, vibran y chisporrotean como unos cables pelados al tocarse. Y la mente del lector, seducida, fascinada, recibe la descarga, las sinapsis se disparan”.

 Es fácil devorar cada relato; “parte de la chispa de la prosa de Lucia Berlin está en el ritmo a veces fluido y tranquilo, equilibrado, espontáneo y fácil; a veces entrecortado telegráfico y veloz”.

Y sin embargo, sabes que tienes que ir disfrutando, pensando y degustando cada uno de sus relatos. Sintiendo el dejo. Tienes que obligarte a parar en cada uno para reflexionar. Son relatos sencillos pero profundos.  

 Tengo la costumbre de separar mis cuentos favoritos con post-its pequeñitos de colores para ubicarlos más rápido cuando quiero releerlos o revisarlos. La parte central de su primera antología reunida en español la marqué por completo.

 Los relatos Temps Perdu, Carpe Diem, Toda luna, todo año, Buenos y malos, Melina son imperdibles.

En Buenos y malos describe su vida en Chile como adolescente de clase alta y su relación con una maestra que pretendía ser de izquierda. De ese relato es esta cita:  “La señorita Dawson nunca coqueteó conmigo ni intentó tocarme a todas horas como hacían los chicos, pero quería que hiciera cosas que no quería hacer y que me hacían sentir mala persona por no querer hacerlas, por no preocuparme más de las injusticias del mundo”.

El problema de leer a Lucia Berlin es que quieres más y más. Lamentablemente sólo hay tres libros que reúnen su trabajo en español:

Manual para mujeres de la limpieza (Alfaguara, 2016). Ya va para la 16va edición.

Una noche en el paraíso y Bienvenida a casa