¿Qué es Doom? ¿Ese videojuego en que gastaste horas durante los principos de los noventa? No. ¿La banda punk de Inglaterra? Tampoco. El Doom es uno de los incontables subgéneros del Metal. A pesar de que tus abuelos no aprobarían el look de los metaleros con sus uniformes todos negros, pelo largo y sus motivos confusos para mostrar la imagen de Cristo, es uno de los géneros más populares del mundo. Su nicho se encuentra en cada región.
Las playeras de Black Sabbath y los parches de Venom no están lejos si buscas un ratito en el rincón correcto. Es una rebeldía en contra de lo aceptado y lo que se percibe como hermoso. El metal demuestra que tenemos un lado oscuro y habla sobre él. O, simplemente, nos gusta rockear duro.
Sin importar la razón, el Metal es tan amplio que se ha dividido en cientos de subgéneros, pornogrind y teutonic thrash entre ellos, y esto solo después de menos de 60 años de su creación. Son muchos y diversos sus fans, y obviamente, soy uno. No me encuentro entre los rangos de los más devotos, pero la música pesada siempre resonó en mí.
A finales de los 60 surgieron bandas de rock que pretendían salir con la vibra de su época “amor y paz”. Los más famosos que ayudaron en la formación de heavy metal, fueron Black Sabbath, Deep Purple y Led Zeppelin. Como con todo movimiento musical, el Metal fue practicado e interpretado por grupos en múltiples ubicaciones, entonces dividiendo y esparciendo el metal y a sus hij@s por la tierra.
Proto Metal, ocurriendo antes y durante al ascenso de Heavy Metal, fue el primer género que presentaba guitarras distorsionadas y tonos más profundos como sus características definitorias. Llevando la psicodelia de los sesenta a niveles nuevos, las bandas se separaban de los “hippies” y la música pop de su tiempo.
Algunos metaleros descartan el Proto Metal por no ser parte del canon, pero si escuchas a bandas como Blue Cheer y Atomic Rooster puedes oír la combinación de blues y lo épico que más tarde sería la columna vertebral del metal. El metal es rock, cuando lo ves sencillamente. Observalo aún más profundo y verás que realmente es una interpretación de los blues. Estos pioneros crearon el arsenal de sonidos para los que vinieron después.
No pasó mucho tiempo cuando metal empezó a mutar. Bandas como Motorhead, Diamond Head y Venom empezaron a tocar más rápido y agresivo. Se adueñaron de la estética demonica de sus predecesores y la llevaron más allá. Kill Em All de Metallica es un ejemplo bueno y accesible de thrash. Es obvio como el thrash pretendió y logró desviar del sonido metalero de los sesenta. La modificación de la velocidad ha dejado su marca en el metal e inspiró una multitud de subgéneros, haciendo la frontera entre metal y punk más borrosa.
Black Metal es una fuerza por sí mismo. El término nació con el álbum Black Metal de Venom y luego el movimiento se concentró en Escandinavia en los fines de los ochenta. Influido por el Thrash, las bandas tocaron rápido y convirtieron la voz del cantante en gritos agudos. Temas satánicos y paganos dominaron la estética, con los aliados del estilo maquillándose toda la cara en blanco y negro. Como sonido, el Black Metal ofrece riffs de guitarra complejos y un abordamiento a la actuación en vivo casi operístico. Suena como una cena medieval con el diablo. Ya una contracultura definida, estos músicos y aficionados se obsesionaban con la muerte y la destrucción. Fue un obvio resultado del dogma de metal. Tomaron los temas oscuros en serio y en muchos casos entraban a lo violento. Un momento culminante de este subgénero fue cuando un miembro de banda noruega Burzum mató a un miembro de la banda Mayhem. ¿Hay algo más metalero que eso?
El Death Metal se ubica entre muchos subgéneros. Es como una versión de black metal combinado con trash, y mucho más sucio que los dos. De hecho, había rivalidades entre los Black y los Death. Es un estilo muy similar pero con menos producción y más agresión. Cambia la chela de Heineken por Budweiser y casi ya estas. Grupos como Slayer y Kreator pusieron el fundamento del estilo, y luego vinieron otros como Morbid Angel y Cannibal Corpse. Parece que tomaron por reto hacer las imágenes de su nicho aún más grotescas y ofensivas. Yo recuerdo vivamente las playeras de Cannibal Corpse vistas en mi adolescencia. Representaciones de cadáveres y necrofilia todavía habitan mi psique, gracias a ellas.
DOOM
La historia se repite. Los primeros del Doom reaccionaban a tanta desviación en el metal que empezaron a examinar sus raíces de nuevo. En cada canción de las bandas de Doom se escuchan los rasgos de Black Sabbath. El Doom adoptó un metodología más artística, más meditativa con respecto a la música. Posiblemente respondiendo al Thrash, la velocidad se redujo dramáticamente. Estiraron las secuencias en las canciones. Se encuentran frases largas de guitarras zumbidas y ritmos deliberados. El Doom se toma su tiempo. Una pieza de evidencia más convincente de la paciencia que emplea y exige este estilo es Dopesmoker/Jerusalem, el álbum de Sleep que consiste en una sola canción durando más de una hora.
The Obsessed, la banda del estado de Baltimore, Estados Unidos, se considera como una de las pioneras del sonido del Doom. La cabeza de la banda, Scott “Wino” Weinrich, ha estado en una forma u otra, en cada hito de la formación del subgénero. Wino ha tocado en bandas desde 1976, y nunca ha dejado de rockear. Además de fundar The Obsessed, Wino tocó en la banda californiana Saint Vitus, que también tiene su lugar asegurado en la historia del metal y con ellos definió más el estilo. Ha colaborado con todos los rockeros más importantes, desde Scott Kelly de Neurosis, Al Cisneros de Sleep hasta Dave Grohl. Ha inspirado a muchísimos jóvenes del mundo a agarrar instrumentos y unirse al culto.
Este sábado el 22, The Obsessed se reúne con otros bandas talentosas en el Doom City Fest, una exploración de Doom con artistas de Bélgica, Alemania, Estados Unidos y México. Nos vemos en Sangriento, Ángel Zimbrón, Azcapotzalco.