La situación actual de pandemia nos obliga a estar lejos de los nuestros, a evitar el contacto, permanecer encerrados y todo lo anterior conlleva distintas consecuencias. Una de ellas, si es que no vives con tu pareja sexual, es  despedirte de las relaciones sexuales. 

Las tecnologías y redes sociales nos acercan de muchas maneras y, si lo hacen para relacionarnos, sería raro que no lo hicieran en lo sexual. Somos seres sexuales, pero también libres y bajo la libertad podemos experimentar nuestra sexualidad de la manera que nos venga en gana, siempre que sean actos consensuados y de respeto. Tampoco se trata de ir por la vida con la bandera de libertad y en su nombre cometer abusos. 

Ilustración Emilia Moreschi

El Sexting existe desde hace muchísimos años, sólo que no se le daba ese nombre.  Los seres humanos siempre han utilizado las tecnologías a su favor para sacar sus deseos sexuales: en cartas, fotografías instantáneas, llamadas telefónicas- de ahí el éxito de las hot lines-  incluso por Telégrafo, Amy Adele Hasinoff, autora del libro Panic Sexting, en su Ted Talk asegura que hay una historia de 1886 donde una mujer se escapó con un hombre que conoció por el telégrafo ¡el telégrafo fue el tinder de ahora!

Ilustración Emilia Moreschi

El Sexting es la combinación de las palabras sexo y texteo.  En un principio sólo se refería a los mensajes de texto, pero conforme la tecnología creció las prácticas también lo hicieron. Hoy, es el intercambio de mensajes, audios, videos que incluyan material erótico

Cuando hablamos de sexting la mayoría de las personas se asustan, hemos conocido historias de nudes que terminan en Internet sin querer que sean públicas y junto a su publicación una serie de insultos, burlas, slutshaming tanto así que se conocen casos de mujeres que se han suicidado como consecuencia.

Arantza García

¿Pero el problema real es el sexting?  ¿son aquellas personas que abusan de tu confianza, te hackean, te extorsionan y publican tus fotografías? Sumado a los prejuicios sociales que recaen -casi- siempre en la mujer, nuevamente volvemos a la violencia sexual, a la cultura de violación y a la culpabilización de las víctimas.

El sexting es divertido pero nadie quiere hablar de esa parte porque poner sobre la mesa que lo que falla es la educación sexual, las políticas públicas y las leyes sobre privacidad digital, es discutir que hay un sistema dominante de sexo y género, ese mismo sistema que le permite a los hackers vender las fotografías, a los hombres violar nuestra confianza o utilizarlas como “intercambio” como si el cuerpo fuera coleccionable o peor como pornovenganza; claro, “porque lo peor que puede pasarle a una mujer es exhibir su cuerpo públicamente, enseñarles a todos que disfruta de él  y su sexualidad”. 

Ilustración por Arantza García

A menudo la solución contra esto es decirnos que no practiquemos sexting . En 2016 México fue el país de América Latina que más sexting practicaba y ese mismo año fue publicado el Manual  10 Razones Para No Realizar sexting hecho por   PantallasAmigas e impulsado por Google, con la colaboración del INAI, Red por los Derechos de la Infancia, Canal del Congreso, DIF Nacional, y el Sistema Nacional de Protección Integral de niñas niños y adolescentes. 

Si revisamos el Manual sólo se menciona  el riesgo. El mensaje sigue siendo el mismo: no lo hagas, en lugar de preocuparse por una estrategia de educación sexual que incluya el consentimiento como base y leyes que protejan nuestra privacidad digital. 

Ilustración por Arantza García

Dos años después de su publicación en México comenzó a gestarse la Ley Olimpia, que  se refiere a un conjunto de reformas legislativas que reconocen la violencia digital y sancionan a quienes  violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales.  Es decir, hoy tenemos las herramientas legales necesarias para hacerle frente a un delito virtual sexual. Misma que, vale la pena aclarar, fue impulsada por una mujer que vivió en carne propia la publicación de sus videos íntimos. 

Ella entendió que todo lo digital no es público de manera automática y si decides compartir en lo privado contenido sexual, en una plataforma digital, tampoco debería de volverse público.

Ilustración por Arantza García

La culpa es de quien comparte sin el consentimiento de la otra persona, y es a él a quien deben de tocarle las consecuencias. 

Sin embargo, en sociedad las prácticas se siguen juzgando bajo juicios morales. Que poco a poco iremos combatiendo. 

Hoy están experimentando quienes quieren, porque se les dio la gana, porque están lejos de su pareja, porque les excita, porque es una experiencia nueva, porque es su cuerpo y su sexualidad y no van a permitir que nadie les diga cómo vivirla. 

Y si tú eres de aquellos que no disfrutas del sexting, también está bien, la sexualidad es de cada uno. Si quieres adentrarte en este mundo del sexteo, relájate, ponte cómoda , disfruta; la única regla es el consentimiento, lo demás está en tu imaginación. 

Aquí te dejamos una lista de plataformas seguras: 

-Confide: Es la aplicación con más opciones de seguridad, tiene mensajes encriptados y permite el envío de mensajes cifrados, pero no del modo convencional como en Whatsapp. El sistema de Confide permite que el mensaje sea cifrado en el dispositivo del emisor mediante una contraseña propia, en lugar de una aleatoria como en otras plataformas. 

Los mensajes se autodestruyen, al igual que las fotografías, las cuales no pueden guardarse ni tomar captura de pantalla. 

-Signal: es una especie de snapchat donde los mensajes se autodestruyen. Los mensajes también están encriptados, pero no es a prueba de capturas. 

-Disckreet: funciona mediante contraseñas, cada persona recibe una clave que debe introducir al mismo tiempo para poder descargar y ver los archivos enviados. Esto hace que sea imposible que un tercero vea el contenido. 

La aplicación te avisa si toman captura de pantalla pero tampoco lo impide.

-Threema: Es muy parecida a Whatsapp pero de manera más segura, cuenta con mensajes cifrados. Todo el contenido de los chats, o grupos se almacena en el teléfono y no en la aplicación. Además puedes conectar a las personas a través de un ID, en lugar de usar tu número de teléfono se genera un código exclusivo para mayor privacidad.