Han pasado 50 años desde aquella primera protesta en los Estados Unidos, con la que el senador de Wisconsin Gaylord Nelson y el ambientalista Denis Hayes inspiraron a millones de personas a manifestar su intranquilidad por los problemas ambientales y la poca importancia que los gobiernos le daban al cuidado de los recursos naturales.

A partir de aquel 22 de abril de 1970 se conmemora el Día de la Tierra, que muestra la consternación de la gente por los retos que debemos de cumplir para mantener el equilibrio ambiental en el mundo.

En la actualidad, las concentraciones estudiantiles organizadas a nivel mundial han convocado a más de cuatro millones de personas en 185 países con un solo mensaje: actuar contra el calentamiento global y el cambio climático. La cabeza visible de este mensaje es la sueca Greta Thunberg, quien ha motivado a las generaciones más jóvenes.

Foto: Tomada de Internet

Este año, el Día de la Tierra promueve también la acción por el clima para demostrar la importancia vital del clima para nuestra seguridad. El cambio climático es uno de los retos más grandes a los que se enfrenta la humanidad y es de suma importancia actuar si buscamos un lugar para vivir en el futuro. 

Reducir el uso de combustibles fósiles, reducir la huella de carbono, concientizar sobre el uso del agua, sensibilizar sobre la pérdida de biodiversidad, mejorar los sistemas alimentarios, alimentar a la creciente población, reducir la pobreza, o simplemente vivir en equilibrio con nuestros alrededores son temas con los que hemos tenido que lidiar durante las últimas décadas. Pero ¿qué se ha logrado en todo este tiempo?

Recientemente, algunos países redujeron el uso de las bolsas plásticas, algunos otros piensan en generar alternativas para reducir el uso de combustibles fósiles, algunas organizaciones han liderado campañas a favor de los animales desprotegidos, y otras buscan mejorar los sistemas agronómicos sostenibles, pero en el grueso de la población ¿cuál ha sido el cambio?

¿Quién ha dejado de utilizar su automóvil y optado por otras alternativas como la bicicleta? ¿Quién ha reducido el consumo de carne animal para disminuir la perdida de bosques y reducir las emisiones de CO2? ¿Quién ha mejorado sus hábitos y pasado de tomar una ducha de 15 o 20 minutos a una de 5 minutos? ¿Quién ha decidido usar sus propios contenedores de comida para no utilizar desechables? ¿Quién se ha tomado el tiempo de apagar las luces de su casa durante la Hora del Planeta o, simplemente, se ha dado a la tarea de separar su basura? Son muchas preguntas, con respuestas fáciles que se podrían traducir en un gran impacto positivo.

Es importante que hoy, a 50 años de la primera manifestación a favor del planeta tierra, nos unamos más que nunca, porque los problemas que combatimos en la actualidad van más allá de la contaminación del aire o del agua. Ahora, teniendo en cuenta la creciente población global, nuestra preocupación es tener acceso a los recursos vitales sin amenazar otros ecosistemas y que nos permitan una vida saludable.

De acuerdo con el reporte Dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles publicado por la comisión EAT-Lancet en 2019, necesitamos transformar totalmente nuestros hábitos de consumo. Por ejemplo, reducir hasta en un 50% el consumo de carnes rojas y azúcares y regresar a una dieta más saludable y balanceada, ya que estamos traspasando los límites de la sostenibilidad. Además, es de suma importancia disminuir drásticamente las perdidas y los desperdicios de comida a nivel mundial, que equivalen a casi 1 300 millones de toneladas por año. Temas como la generación de energías más limpias, para lograr descarbonizar nuestro sistema energético, y la reducción del impacto negativo de la agricultura que degrada las tierras arables, van de la mano con esta recomendación.

¿Tenemos el valor para seguir el camino hacia un cambio verdadero, o estamos siendo demasiado obstinados para entender los mensajes que nos manda nuestro planeta? No podemos dejar pasar más estas alertas, ya que después no habrá vuelta atrás y la palabra futuro no será parte de nuestro vocabulario.

Es momento de actuar y preguntarnos: ¿Qué significa para mí el Día de la Tierra?