El litio es el mineral de la era digital.  Está ligado de manera inexorable con la generación Millennial, con su modo de estar en el mundo, con sus desplazamientos inalámbricos. Es parte esencial de las computadoras, teléfonos celulares, carros eléctricos, celdas solares e instalaciones eólicas. Es un inmejorable conductor del calor y la electricidad. Es parte de los tratamientos de moda para aliviar trastornos como la bipolaridad y la depresión. Más Millennial, imposible.

 El litio está llamado a tomar el lugar de los combustibles fósiles petróleo y carbón, ya lo está haciendo, por lo que suele llamarse el oro blanco, ya que en su estado natural es un metal blanco plata. Por este potencial el litio ya es, como fue el petróleo a lo largo del Siglo XX, un asunto de seguridad nacional. Las grandes potencias mundiales buscan yacimientos para obtener esta materia prima que ya es la más cotizada. No serán pocas las guerras que desate el control de los yacimientos de litio.

La noticia es que el yacimiento más grande hasta ahora descubierto está en la localidad sonorense de Bacadéhuachi, casi desconocida pero que ya está en el radar de las gigantes de la tecnología. También hay yacimientos importantes en San Luis Potosí, Baja California y Zacatecas.  Bacadéhuachi es una localidad de unos cientos de habitantes asentada en los cerros altos de la Sierra Madre Occidental. Está en la zona donde ocurrió la matanza de 9 integrantes de la comunidad mormona, de las familias LeBarón y Langford. Su nombre quiere decir “En la entrada del carrizo”, pero pronto de le conocerá como la meca del litio en América del Norte.

En el Cono Sur los más grandes yacimientos están en Bolivia que por lo mismo es, ya lo adivinó usted, uno de los objetivos de las grandes potencias. Los disturbios políticos de los últimos meses en el país andino, tierra de Evo Morales,  tienen que ver con un hecho geopolítico pragmático: el viejo régimen le vendía la producción a China, y el nuevo quiere vendérsela a las potencias occidentales.

El litio formalizó el estatus del mineral que regirá la vida en la primera mitad del siglo XXI el año pasado. La Real Academia de Ciencias de Suecia concedió el Premio Nobel de Química 2019 a tres científicos, John B. Goodenougf, Stanley Whittingham y Akira Yoshino por desarrollar la batería de iones de litio. “Esta ligera, recargable y potente batería se utiliza en la actualidad en todas partes, desde los teléfonos móviles a los ordenadores portátiles y los vehículos eléctricos. También puede almacenar cantidades significativas de energía solar y eólica, haciendo posible una sociedad libre de combustibles fósiles

La propia academia recordó que las bases de la batería de iones de litio se sentaron durante la crisis del petróleo de la década de 1970. Se comenzó a trabajar en el desarrollo de métodos que pudieran conducir a tecnologías energéticas libres de combustibles fósiles.  Hubo rápidos avances.  Se crearon baterías potentes, pero de alto riesgo como para generalizar su uso. 

En diversos centros de investigación se trabajó en su mejora. Tocó a Akira Yshino, que trabaja para Asahi Kasei, crear la primera batería a base de iones de litio viable comercialmente. Esto es, una batería ligera y, tómelo en cuenta, recargable, que por lo mismo es ideal para los coches eléctricos que, según proyecciones, dominarán el mercado automotriz  en menos de una década.

En la región de Sonora con Litio operan en este momento la minera inglesa Bacanora Lithium, cuyas acciones han subido 200 por ciento en las últimas semanas y también la china Ganfeng.  Hay en el país una docena de empresas internacionales interesadas en el negocio que están explorando antes de anunciar nuevas inversiones.  Son canadienses, españolas, norteamericanas, incluso australianas. En lo que va de la 4T no se ha entregado ninguna nueva concesión para la explotación de litio en el país. Acaso no se entreguen nuevas.  Tratándose de México, también las bandas del crimen organizado se han acercado para ver de qué forma pueden sacar provecho, en particular cobrando derecho de piso a las  mineras.

El litio es un mineral en busca de un poeta. El petróleo ha tenido varios, acaso el más celebre sea el bardo zacatecano López Velarde que en un alarde de lucidez al que solo pueden acceder los artistas, incluyó en su Suave Patria el verso: “El Niño Dios te escrituró un establo y los veneros de petróleo el diablo”. De nosotros depende que la abundancia de litio en el país sea una bendición o un obsequió demoniaco.