Con una glamorosa decoración art déco, con superficies metálicas y detalles geométricos, Cuerno brinda una gran experiencia de lujo y elegancia, combinada con la exquisitez de los sabores de la alta cocina norestense de México.

Fotografía: Vania González

Este reaturante-bar regiomontano ofrece un menú artesanal con cortes de primera calidad, así como pescados y mariscos que se pueden disfrutar con vinos nacionales e internacionales, así como con mixología especializada.

Mezcal Punch
Fotografía: Vania González

Su extensa carta, ofrece a sus comensales una gran diversidad de platillos para degustar, y en esta reseña te compartiremos algunos de ellos.

ENTRADAS

Por recomendación del equipo de meseros en esta visita nosotros disfrutamos de su Sashimi de Atún aleta azul y Hamachi, en el podrás apreciar la frescura y potencia de dos cortes en crudo aderezados con salsa miso y un ligero toque de trufa.

Fotografía: Vania González

Si lo tuyo es el Aguachile, sin duda debes de probar la propuesta que Cuerno tiene para ti, ya que a diferencia de los aguachiles tradicionales, el Aguachile de Camarón de Cuerno tiene por acertada añadidura cabezas crujientes de camarón que puedes disfrutar en contraste con la frescura de este crustáceo reposado al limón.

Fotografía: Vania González

Como plato fuerte no debes perderte de alguno de los cortes que este fine dining tiene para ti, que además de ofrecertelos ahumados al grill, tienen por toque especial una delgada costra de sal que resalta el sabor de cada bocado. Como sugerencia te recomendamos pedirlos en término medio o 3/4 con el fin de poder deleitarte con la jugosidad y blandura de la carne.

Arrachera Outside
Fotografía: Vania González

Dice el equipo de Cuerno, que para vivir la experiencia completa de este restaurante con carácter, no te debes de ir sin probar sus postres, pero sobre todo uno de ellos: El Pastel de Campechana (Y que razón tienen al decirlo). Se trata de un pastel inmenso hecho de capas de nieve de vainilla que están separadas por hojaldre crujiente cubierto de caramelo y bañado con un topping de cajeta con nuez… es simplemente exquisito y una experiencia que no te debes de perder.

Fotografía: Vania González.