Robots

Asimov es conocido como el padre de la robótica por lo que la temática es insalvable en su narrativa. Los robots de sus relatos siguen al servicio del hombre y son motivo de peligro en función de la interacción que los propios hombres tienen con ellos.

“Satisfacción garantizada” es un buen ejemplo de las famosas directrices robóticas concebidas por el autor así como la compleja convivencia entre un robot y una persona. A este tipo de historias se agregan aquellas que desarrollan un conflicto humano con una invención tecnológica específica.

Multivac

Con tan sólo la computadora análoga Multivac se puede editar todo un volumen de cuentos y por eso tiene un espacio aparte. El aparato kilométrico comenzó como una solución para reunir datos (“Questión”, “El sufragio universal”, “El pasado muerto”), luego trató de responder todas las preguntas de las personas en “El chistoso” y pronto adquirió consciencia en “Todos los males del mundo” e incluso logró evolucionar de la mano de la humanidad en “La última pregunta”. Existen otras 11 narraciones que completan la vida y obra de Multivac.

El universo no es suficiente

El escritor de origen ruso mostró una preocupación por el crecimiento acelerado de la población global y la falta de espacio disponible. Relatos como “Espacio vital” o “El lugar acuoso” revelan tanto la naturaleza nómada y de expansión del hombre así como el problema del hacinamiento.

Para revolver un misterio

Asimov resucitó al viejo cuento de misterio desde el uso de la deducción y la lógica. En cuentos como “La noche moribunda” o “En puerto Marte sin Hilda” parte de un ambiente enteramente de ciencia ficción para luego cerrar la acción en una escena de crimen o en una investigación a fin de despertar al detective que vive dentro de cada lector.  

Lógica científica para hadas

También él enfrentó al mundo fantástico con el método deductivo y el método científico. Si en “Treta tridimensional”, un demonio faústico es derrotado por su supuesta víctima por un proceso de deducción, que recuerda a Edipo y la Esfinge; en “Cosas de niños”, un elfo ve arruinado su sueño de congraciar su mundo feérico con la electrónica por culpa de un niño.

En estas narraciones la tecnología o los escenarios espaciales son nulos pues el saber científico es la mejor arma para salvar el día.

La ciencia detrás del judeocristianismo

Así como Asimov renovó la literatura fantástica con un toque de deducción, se aventuró a hacer convivir la ciencia con conceptos judeocristianos como el fin de los tiempos y el infierno, tal es el caso de “La trompeta del juicio final” o “Anochecer”.

La dependencia a la tecnología

La pereza humana, la burocracia, las reglas sociales y la especialización de la tecnología conducen usualmente a la pérdida de actividades humanas que distinguen al hombre de los animales o las máquinas como son la imaginación, la escritura, lectura, invención, operaciones matemáticas mentales o razonamiento. Así lo advierte el autor en cuentos como “Profesión”, “¡Cómo se divertían!”, “Soñar es asunto privado” o “Sensación de poder”.

La delicada unicidad humana

Gracias a agentes biológicos externos y los mismísimos extraterrestres, Asimov suele poner a la humanidad en peligro. “Manchas verdes” es un buen ejemplo. Con este tipo de historias plasma una crítica al colonialismo salvaje del siglo XIX y refiere biología evolutiva.

Los científicos, esos raros

A menudo, los científicos de Asimov son un peligro para otros y para sí mismos, sea que estén conscientes de ello o no. Relatos como “Creced y multiplicaos”, “Mi nombre se escribe con ‘S’”, “Huésped” muestran a hombres de ciencia cuyo arma más peligrosa es su conocimiento.

La ética científica

Entre los varios relatos de este escritor sobre los límites de la investigación científica, “El niño feo” es un cuento que no oculta la lucha entre lo que es posible alcanzar con la ciencia y lo que los científicos pueden permitirse.

Entre sus tópicos usuales y en un tono juguetón, Isaac Asimov ocultó sus grandes temas como la evolución social de la humanidad, el futuro de la raza humana, el concepto humano de su propio destino y el sitio del hombre en el universo.