Durante un año y medio he sido inmigrante en Madrid. Hablo con un acento distinto de los nacidos acá y suelo decir palabras que suenan diferente.

Hasta ahora a nadie le ha parecido extraño, por el contrario, he podido conectar con otros gracias a eso. Al fin y al cabo, a los mexicanos se nos quiere en el mundo; será por la herencia culinaria o por lo exótico que resulta pensar en México, sus playas, paraísos y pirámides. No lo sé.

Fue a los dos o tres días después de que llegué al barrio, que quise salir a caminar para explorar; por aquello de identificar el sitio donde ahora vives.

En esa caminata, nos encontramos con lo que parecía ser un diamante brillando entre solo rocas viejunas.

El barrio donde vivo es muy tradicional, es el clásico barrio al que vienes a visitar a los abuelos y juegas en su jardín.

Vamos, que solo hay cafeterías de esas de toda la vida y uno que otro sitio que vende café de un euro que sabe a tierra quemada; que no está mal, pero no soy de las que lo disfruta.

Entonces te decía, ese diamante brillante era una cafetería diferente, se veía a lo alto (por que hay que subir unas pocas escaleras)

Mr. Carrot Cake decía, con una zanahoria bigotuda con gorro de chef en su logo. Muy curioso y divertido.

Era de noche y lo encontramos cerrado, así que volví al día siguiente. Y desde ese día, no salgo de ahí.

Mr. Carrot Cake, esa cafetería diferente, se ha vuelto parte de mi rutina y de mi vida en Madrid.

La historia tiene tela; resulta que este sitio nació en Dubái, después tomó forma en Madrid, pero la idea surgió por allá en la ciudad lujosa de los Emiratos Árabes.

Un avión de Air Emirates se quemó y resultado de eso, varios vuelos de conexión fueron cancelados. Entre ellos, el vuelo que tenía el Chef Enrique González (creador de Mr. Carrot cake).

Por allá del 2016 en un viaje de amigos a Tailandia, Enrique tuvo que permanecer en Dubái por unos días, donde conoció a una familia con la cual se paseaban por el centro comercial más cercano al aeropuerto.

Ahí descubrió a Chessecake Factory, apenas vio el concepto, pensó: “Si hay un sitio basado tan solo en un cheesecake, ¿por qué no crear uno donde la tarta de zanahoria sea la protagonista?, con tantas recetas que ya tengo”

Ojo, detalle importante: Enrique es un chef con una trayectoria muy relevante y fan de la tarta de zanahoria. Así que había acumulado y probado recetas durante años.

Así nació Mr. Carrot Cake. En un viaje.

Y yo pienso:

¡Bendito vuelo cancelado!

Gracias a eso, tengo un sitio cómodo, cálido, diverso y con buen café. Aquí a unos pasos de casa.

Gracias a este sitio, el barrio dejó de ser ajeno para mí. Me hace sentir en casa, en familia. Cuando vayas lo verás, esa atención dulcísima y amable que es difícil de olvidar.

Enrique y su equipo, abren cada día para que cualquiera que entre se sienta cómodo y libre de estar, de trabajar, de reunirse con algún amigo, de ir a leer mientras tomas café de calidad y te comes una tarta de zanahoria finísima. ????????

Para mí ya es sinónimo de mi experiencia de vida en Madrid, de los domingos de brunch en familia o de los paseos nocturnos con mozzy ???? que terminan en su terraza con un flat white con leche de soja y un trozo de la tarta de zanahoria clásica.

Vaya, esas cosas que nadie olvida. ????

Sin duda, Mr. Carrot Cake ha sido y seguirá siendo ese vecino que me recibió, como cualquiera que venga de fuera desearía: con una tarta inolvidable, un café de calidad y una sonrisa auténtica. ????

Es el sitio que me hizo enamorarme de mi barrio y sentirme parte de él.

El día que vayas, podrás comprobar cada palabra que has leído aquí. Te recomiendo pedir la tarta clásica o el croissant de mantequilla, son una pasada.